Es innegable que las tartas de queso al horno están de moda, no hay restaurante que se precie que no cuente con una en su carta de postres. Pero este dulce que tantas pasiones desata es tan tradicional como muchos otros que, tristemente, han quedado relegados a segunda división. Flan, tocino de cielo, yemas, tarta capuchina, entre otros, a los que (muy probablemente) les llegará también su momento de lucimiento. Al tiempo.

Para preparar esta tarta hemos aprovechado los botes y botes de dulce de leche que os enseñamos a hacer hace unas semanas. El cocinado de forma tradicional resulta más fácil de integrar en la masa porque tiene una consistencia más de sólida y es menos denso que el exprés. No obstante se puede utilizar este último también, basta con darle un poco de calor para cambiar su espesor y listo.

Es un postre perfecto para los amantes de las tartas de queso y del dulce de leche, pues aúna lo mejor de los dos mundos. Muy, pero que muy, golosa. Su preparación no conlleva ninguna dificultad y, aunque puede venir bien contar con un robot de cocina, se puede hacer usando solo un rodillo, un bol y unas varillas de mano. Eso sí, para que integrar los ingredientes que componen la receta sea lo más sencillo posible, conviene que estén a temperatura ambiente. El resto es coser y cantar.

Información de la receta

• Tiempo de preparación: 10 minutos
• Tiempo de cocción: 40 minutos
• Tiempo total: 50 minutos
• Raciones: 8
• Categoría: española
• Tipo de cocina: argentina
• Calorías: 285 kcal por cada 100 g

Ingredientes de la tarta de queso y dulce de leche para 8 personas

• 100 g de galletas tipo María
• 60 g de mantequilla
• 580 g de queso crema (el de untar)
• 110 g de azúcar
• 225 g de nata líquida para montar (mínimo 35% de M.G.)
• 4 huevos
• 150 g de dulce de leche
• 10 g de harina de trigo o refinada de maíz

Cómo hacer la tarta de queso y dulce de leche

Trituramos las galletas hasta obtener un polvo fino y homogéneo. Para ello podemos usar un robot de cocina o hacerlo de forma tradicional, metiendo las galletas en una bolsa y trabajándolas con un rodillo. Fundimos la mantequilla y la mezclamos bien con el polvo de galleta.

Forramos la base de un molde desmoldable de 20 cm de diámetro con papel vegetal, para que sea más fácil desmoldar una vez horneada la tarta. Extendemos la mezcla de galleta y mantequilla por la base, presionando para que quede bien compacta. Reservamos en la nevera.

Mientras la base de galleta toma cuerpo, preparamos el relleno. Es importante que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente para que estén más maleables y se mezclen mejor. Podemos usar un recipiente hondo y unas varillas o recurrir a preparar la mezcla en un robot. Al gusto. En cualquier caso batimos ligeramente el queso antes de añadir el azúcar y la nata líquida. Mezclamos bien hasta que no se aprecien grumos de queso.

A continuación añadimos los huevos y el dulce de leche. Removemos hasta integrar. La consistencia del tradicional es más adecuada para esta tarta porque facilita su incorporación con el resto de ingredientes. No obstante también se puede usar un dulce de leche denso, solo será necesario darle un golpe de calor y remover bien para ayudar a que pierda consistencia.